Los estudios técnicos iniciales señalaban impactos sobre el patrimonio y sobre el tejido socioeconómico de la zona, pero la declaración de impacto ambiental final los considera subsanados.
La declaración de impacto ambiental (DIA) favorable para el proyecto de macrocelulosa de Altri y Greenalia en Galicia publicada el pasado 14 de marzo no fue trabajo de un día. El análisis final incluye un año de estudios sectoriales llevados a cabo por los técnicos de más de una veintena de organismos y entidades de la Xunta de Galicia, así como informes y propuestas de las propias empresas interesadas. Varios de estos estudios reflejan que la DIA contradice la valoración inicial de los técnicos de la administración: los informes originales solo recibieron el visto bueno después de que Greenfiber (la sociedad que forman Altri y Greenalia) añadiese sus propias valoraciones y medidas compensatorias.
La mayoría de esos informes sectoriales habían permanecido lejos del alcance público y solo se habían publicado algunas conclusiones a cuentagotas a través de algunos medios de comunicación. Sin embargo, Climática ha tenido acceso a toda la documentación que ha formado parte del proceso de la declaración de impacto ambiental, incluyendo los estudios y las respuestas de los afectados. Estas son algunas de las cosas que más llaman la atención.
¿Más o menos eucaliptos?
Una de las grandes polémicas que ha generado el llamado proyecto Gama gira alrededor del modelo productivo que parece reforzar para los bosques de Galicia: el monocultivo de eucalipto. Sus detractores señalan que viene a fortalecer y a expandir ese modelo, mientras las empresas esgrimen que solo va a aprovechar una parte de la producción de madera que actualmente no se usa, sino que se exporta. En su primer informe, emitido el 7 de mayo del año pasado, la Dirección Xeral de Gandaría, Agricultura e Industrias Agroalimentarias, dependiente de la Consellería do Medio Rural, tenía una opinión clara al respecto.
El documento recogía que la producción anual de eucalipto en Galicia es de 5 millones de metros cúbicos de madera, de los cuales el proyecto Gama consumiría aproximadamente 1,5 millones (más que la fábrica de Ence en la provincia de Pontevedra). El informe señala que “esta demanda favorecerá económicamente al sector forestal, pero puede inducir la forestación de superficies agrarias en detrimento de las explotaciones agrícolas y ganaderas”. Es decir, que el aumento de la demanda puede acabar provocando que se plante más eucalipto y se abandonen otros usos de la tierra.
No es el único pero al proyecto que refleja el informe. Este también menciona que la macrocelulosa afectará una zona con una importante actividad agroganadera (1.600 explotaciones de vacuno y porcino y alrededor de 26.500 hectáreas de superficie agraria útil, según datos de la propia consellería). Ante esto, el informe reconoce que los técnicos echan de menos un estudio a fondo de los impactos del proyecto en el sector primario, desde el punto de vista social y económico. Además, señala también los posibles daños provocados por los óxidos de nitrógeno y azufre que liberará la fábrica y que pueden causar lluvia ácida.
Sin embargo, a finales de 2024, Altri envió a la administración autonómica una contestación en la que aseguraba que sí había estudiado los impactos sociales y económicos del proyecto, así como sobre el modelo de explotación forestal del eucalipto, asegurando que el proyecto cumplirá en todo momento los límites establecidos por la legislación. El informe definitivo de la Dirección Xeral de Gandaría, Agricultura e Industrias Agroalimentarias recoge, así, la aceptación de esos comentarios y declara no tener nada más que indicar al respecto del proyecto.
Una chimenea pintada de verde
Otro de los informes que ha levantado ampollas es el de la Dirección Xeral de Patrimonio Cultural de la Consellería de Cultura, datado inicialmente en abril de 2024. En este se señala, por un lado, el impacto que las obras van a tener sobre un tramo del Camino de Santiago. El texto recoge que la evaluación de los daños presentada en el proyecto no es correcta y subestima los impactos, que declara como críticos. Por otro lado, subraya el impacto visual de la fábrica una vez esté construida sobre el patrimonio cultural y el Camino de Santiago. Señala, en particular, a la chimenea principal de la factoría, de 75 metros de altura.
También a estos informes contestaron Altri y Greenalia, que presentaron a finales del pasado mes de enero dos análisis externos contratados por las propias empresas, tal como denuncian desde la plataforma vecinal Ulloa Viva. Tras recibir esta documentación, se aceptaron las medidas correctoras propuestas, como pintar la chimenea con tonos que la ayuden a mimetizarse con el entorno e incluso incorporar elementos decorativos o artísticos que la conviertan en un elemento icónico.
“Estas propuestas tan absurdas que no se corresponden con la realidad de un proyecto que representa un ataque visual al paisaje y al entorno del Camino de Santiago”, señalan desde Ulloa Viva. “Ni las medidas propuestas de plantación de árboles para apantallar la fábrica ni otras medidas de integración en el paisaje pueden aliviar el impacto negativo grave e irreversible del proyecto sobre el medioambiente y sobre la integridad del Camino de Santiago y su ámbito paisajístico”.
Todo esto y muchos otros informes forman parte de la documentación recogida para la declaración de impacto ambiental publicada por la Xunta de Galicia el pasado mes de marzo. Ahora, la administración autonómica está tramitando la evaluación ambiental integrada de la fábrica y su declaración de utilidad pública, algo con lo que las empresas esperan poder conseguir los fondos públicos estatales y de la Unión Europea necesarios para llevar a cabo el proyecto. Altri se quedó sin los primeros 30 millones de euros solicitados a través de una línea de ayudas para la descarbonización de la economía, pero todavía quedan otros 200 millones en subvenciones por resolver.